“La vida o es una aventura atrevida o no es nada” .- Helen Keller

 

Abrigada por el imponente Pico de Pegueras en el Valle de Chistau, muy cerca del río Cinqueta, la pequeña pero mágica población de Sin, te da la Bienvenida. Es una población tranquila de gran belleza rodeada de hermosos prados de montaña y bosque.

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Los núcleos de Sin, Señes y Serveto forman el hermoso valle de La Comuna. Los tres pueblos están unidos por senderos y desde Señes el camino hasta Gistaín es muy placentero y se puede hacer un circuito con Plan para volver a la Comuna de nuevo.

 

Pero, es momento de realizar una parada en nuestro camino y adentrarnos en un pequeño pueblo con una gran historia. Merece la pena caminar por sus pintorescas calles y dejarse llevar. Destacan interesantes construcciones de carácter popular; portalones, balconadas, pizarrosas techumbres, y bellos patios interiores. Las casas señoriales de “El Torrero”, una torre-vivienda del siglo XVI, y “Casa Puche”, con torreón y hermosa portada adovelada, te sorprenderán.

La arquitectura popular del Pirineo muestra su peculiar huella en cada uno de sus edificios. Vale la pena observar con sumo detalle todos los signos del pasado que, a modo, de recordatorio, nos trasladan a épocas inolvidables.

 

Sin

Asimismo, el molino y la serrería, recientemente restaurados, nos transportan a otros tiempos de bonanza. EL trabajo artesano de la madera fue, durante un largo periodo, una de las actividades de mayor producción y riqueza para los habitantes del Valle de Chistau.

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La Iglesia parroquial de San Esteban, data del siglo XVI y muestra con orgullo un bello ábside románico que conserva en su interior la momia de Tiburcio. Su silueta se funde en el paisaje intacto del Valle.

 

Sin es muy conocido por senderistas apasionados de la naturaleza. La  GR19 “Senderos del Sobrarbe” tiene su paso por sus mágicas calles.