Te contamos 5 maneras para que esta Semana Santa sea toda una experiencia, con los tuyos y en plena naturaleza. Y un precioso lugar en el Pirineo Aragonés, el Valle de Chistau.
- ¡Hacer senderismo! Llévate el pic-nic en la mochila y calza tus botas, para llegar a pie a paisajes tan espectaculares como los que ofrece el Parque Natural Posets-Maladeta. Te esperan ibones de aguas cristalinas, atravesar bosques, praderas y ríos donde descubrir vida, que no acostumbras a ver; por no olvidar, las altas cumbres, desde donde contemplar la belleza del Pirineo Aragonés.
- Practicar tu deporte favorito sobre dos ruedas, la Btt. El Valle de Chistau posee numerosas rutas balizadas harán que disfrutes al máximo de este deporte, pedaleando por pistas forestales y caminos, y viendo como va cambiando el paisaje a tu paso. ¡No esperes más!
- Conocer los pueblos del Valle de Chistau, recorre sus calles empedradas observando las construcciones típicas de montaña, o algunos edificios atiguos que datan del s.XVI. ¡Fijate en los detalles! Y si tienes oportunidad conversa con las personas del pueblo y que te cuenten historias. Haz de tu viaje una inmersión en el entorno rural y disfrútalo.
- ¿Te gusta la gastronomía? Los productos de la tierra son la base de la cocina que elaboramos en el Hotel Restaurante Casa Anita. Trabajando con dedicación e ilusión, el resultado siempre es bueno. Utilizamos carne criada en el Valle por ganaderos locales, verduras de nuestra huerta y productos locales entre otros. ¡Ven a probarlos!
- Descubrir la historia medieval de Aragón en el parte vieja de Ainsa, declarada Conjunto Histórico- Artístico en 1965, es una buena manera de pasar una tarde. Situada a tan solo 40 kms. del Valle de Chistau. Su castillo (S. XI – XVII), la muralla y sus puertas, la plaza Mayor o la iglesia de Santa Maria (S. XII), declarada Monumento Nacional; son algunas de las paradas obligatorias en tu visita. ¡Siente la historia!