Te contamos 5 maneras para que esta Semana Santa sea toda una experiencia, con los tuyos y en plena naturaleza. Y un precioso lugar en el Pirineo Aragonés, el Valle de Chistau.

  1. ¡Hacer senderismo! Llévate el pic-nic en la mochila y calza tus botas, para llegar a pie a paisajes tan espectaculares como los que ofrece el Parque Natural Posets-Maladeta. Te esperan ibones de aguas cristalinas, atravesar bosques, praderas y ríos donde descubrir vida, que no acostumbras a ver; por no olvidar, las altas cumbres, desde donde contemplar la belleza del Pirineo Aragonés.
  2. Practicar tu deporte favorito sobre dos ruedas, la Btt. El Valle de Chistau posee numerosas rutas balizadas harán que disfrutes al máximo de este deporte, pedaleando por pistas forestales y caminos, y viendo como va cambiando el paisaje a tu paso. ¡No esperes más!
  3. Conocer los pueblos del Valle de Chistau, recorre sus calles empedradas observando las construcciones típicas de montaña, o algunos edificios atiguos que datan del s.XVI. ¡Fijate en los detalles! Y si tienes oportunidad conversa con las personas del pueblo y que te cuenten historias. Haz de tu viaje una inmersión en el entorno rural y disfrútalo.
  4. ¿Te gusta la gastronomía? Los productos de la tierra son la base de la cocina que elaboramos en el Hotel Restaurante Casa Anita. Trabajando con dedicación e ilusión, el resultado siempre es bueno. Utilizamos carne criada en el Valle por ganaderos locales, verduras de nuestra huerta y productos locales entre otros. ¡Ven a probarlos!
  5. Descubrir la historia medieval de Aragón en el parte vieja de Ainsa, declarada Conjunto Histórico- Artístico en 1965, es una buena manera de pasar una tarde. Situada a tan solo 40 kms. del Valle de Chistau. Su castillo (S. XI – XVII), la muralla y sus puertas, la plaza Mayor o la iglesia de Santa Maria (S. XII), declarada Monumento Nacional; son algunas de las paradas obligatorias en tu visita. ¡Siente la historia!

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