«El tiempo se ha detenido. A lo lejos se escucha el «tic tac» del reloj, lentamente… Se percibe un olor a madera recién tallada que despierta nuestros sentidos aletargados. Las flores frescas recuerdan lo alegre de la vida pero también su fragilidad. Respiras y te sientes. Hace tiempo que no oías el pulso de tu corazón, sosegado, en calma… Es la ansiada desconexión; el rumor del día a día queda atrás. Todo el tiempo es tuyo».

Transcribimos una de las sensaciones que nuestros clientes nos describen cuando llegan al Hotel. Y ya no nos extraña porque nos encanta poner en valor el valor de tu tiempo.

Es difícil entrevistar a Ana Gabás, gerente del Hotel Restaurante Casa Anita, porque siempre está ocupada, pendiente de todos los pequeños grandes detalles. Sin embargo, hoy la hemos cogido desprevenida preparando un ramo para que la bienvenida sea siempre como tú te mereces.

 

 

 

¿Qué te impulsó a montar un hotel?

Los impulsores del hotel fueron mis padres: Antonio y Anita. Un proyecto en el que invirtieron todos sus sueños. Una vez construido, nosotros entramos en la gestión: mi hermano Javier, mi marido Jesús y yo. Continuar con la tarea empezada por mis padres, fue el principal impulso.  Volver de nuevo al pueblo después de una etapa fuera, con el fin de desarrollar un proyecto de negocio y de vida, fue la mejor decisión que hemos tomado, sin duda.

 

 

¿Cómo fueron esos primeros pasos para poner en marcha el negocio?

Muy ilusionante, pero a  la vez difícil por todo lo que conlleva comenzar un negocio. Darnos a conocer fue lento.  Jesús ha sido mi gran apoyo a la hora de superar dificultades y pieza fundamental en el negocio. Actualmente, con la incorporación e implicación de mis hijas Lorena y María, conseguimos renovar ideas y nuevas fuerza para seguir en la lucha.

 

 

¿ Qué es lo que más te satisface de tu trabajo ? 

 

Me encanta explicar las maravillas naturales del Valle de Chistau; lo que pueden ver, las rutas que pueden hacer… Cómo era la vida en el valle en otro tiempo… Todas las experiencias vividas y heredadas de la cultura familiar y popular de nuestra tierra. Disfruto mostrándoles con pasión y orgullo esta tierra para que ellos sientan esa misma emoción y perciban que se encuentran en un lugar especial en el que el tiempo tiene un gran valor.

Por otro lado, también me gusta desarrollar este trabajo con la familia, formar un equipo para atender lo mejor posible a nuestros clientes.

 

Una de las características del Hotel Restaurante Casa Anita es que es un hotel familiar.

 

¿Cuáles son las claves para mantener durante tantos años una clientela tan fiel ?

Es cierto, tenemos clientes desde los primeros años que siguen viniendo año tras año y a los que tenemos un cariño muy especial. Es como alguien que viene a tu casa; quieres obsequiarle con  lo mejor y de la mejor manera, así es nuestro hotel: una gran casa familiar. Humildemente creo que es la hospitalidad lo que valoran más nuestros clientes, el sentirse como en casa y poner en valor su tiempo.

 

¿Cuáles son los retos a los que te enfrentas en tu día a día ? 

Lograr que todo aquél que pase por el Hotel Restaurante Casa Anita se sienta bien, que disfrute de la estancia y, sobre todo, que quiera volver.

– Y rodearnos de un buen equipo de trabajo  que transmita al cliente un trato amable y respetuoso.

 

¿ Qué diferencia al Hotel Restaurante Casa Anita de otros Hoteles ? 

Ser un hotel regentado por la familia ya le hace diferente. Para nosotros, nuestros clientes son lo más importante. Cuidamos al máximo que el trato sea cordial y profesional. Otro aspecto en el que nos esmeramos muchísimo es en la cocina de la que nos sentimos muy orgullosos.

 

 

 

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